
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE ORAR?
Desde nuestra mentalidad utilitarista, estamos acostumbrados a pensar que las cosas valen en función de su eficacia y utilidad. Y con frecuencia corremos el peligro de aplicar este razonamiento a la oración, valorándola en función de lo que me aporte, de la “utilidad” que tenga para mi vida.
Sin embargo, la oración es un fin en sí misma. Es decir, que no hay que buscarle una “utilidad” a la oración más allá de sí misma.
La pregunta sobre la razón y la utilidad de la oración parece extraña. Y sin embargo, ¡cuántas veces la relación con Dios es interesada! Y el orar sin buscar nada, se convierte en signo de amistad: es orar por nada, por Dios, por Dios mismo.
El fin principal de la oración es Dios mismo y la gratuidad del encuentro con Dios debe ser la razón más profunda para mantener la amistad con Dios. Como decía Stª Teresa “la oración es tratar de amistad, estando muchas veces a solas, con Aquel que sabemos que nos ama”