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Hoy en día hay una gran confusión entre lo que es y lo que no es oración. Parece como si en el “saco” de la oración pudiese entrar de todo: silencios, lecturas, textos, charlas, expresiones corporales, relajaciones... y el problema surge en el momento en que llamamos a todo oración, pues lo más seguro es que no todo lo que hacemos sea realmente oración y que al final la oración acabe siendo “todo y nada”.

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Entonces, ¿qué es orar?

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• Orar es escuchar y hablar con confianza con Aquel que sé que me quiere.

• orar es recibir lo que Dios guarda para nosotros.

• orar es abrirse al perdón que Dios nos quiere dar.

• orar es acoger a Dios que llama a nuestra puerta.

• orar es ofrecerse a Dios, para que él haga de nosotros aquello que está deseoso de hacer desde siempre.

• orar es descubrir  que Dios nos ama.

• orar es abrirnos a Dios, para que Dios nos abra a los demás.

• orar es un momento de intimidad con Dios.

• orar es hacer nuestra la oración de Jesús que se dirige al Padre.

• orar es un estado del alma, que mira a Dios sin palabras, únicamente para contemplarle.

• orar es tratar a Dios como a un amigo cercano.

• orar es dejar que el Espíritu ponga en nosotros toda la fuerza necesaria para seguir a Jesús en los proyectos del Padre.