Hna. Alicia Sabbatini
Hablar de mi vocación, es hablar de algo que trascendió siempre mi entendimiento. ¿Porqué a mi?
No sé exactamente cuando empecé a sentir algo inquietante, diferente, que no podía compartirlo, porque si lo hacía, sabía que no me iban a entender, e iba a resultar una fantasía mía muy anormal.
La dificultades de los primeros tiempos me hicieron pensar que estaba equivocada, ya que si Jesús quería que lo siguiera… me facilitaría el camino… por eso aquel sentimiento lo enterré en lo profundo de mi corazón durante años… y ahí quedó hasta que un día me invitaron a una convivencia carismática.
Ahí me di cuenta que Jesús realmente me llamaba a seguirle más de cerca. (Porque yo seguirlo…. lo seguí desde siempre, desde muy niña, ya que mis primeros catequistas fueron mis padres).
Con Andrés, mi papá, mis hermanos y yo no nos podíamos ir a dormir sin rezar, y con Haydeé, mi mamá, con sólo verla en sus actitudes de vida, ya nos estaba diciendo diariamente que Dios es lo más grande que tenemos en nuestra vida. Y tenerlo es quererlo, y quererlo a El es querer, comprender y ayudar a todo el que lo necesite.
Cuando me decidí realmente a dejarlo todo (hubo algún intento antes), lo hice con mucho miedo, pero convencida que daba el “ paso ” y ya estaba todo resuelto para el resto de mi vida. Con el paso del tiempo, (si bien aquella primera vez donde dejé familia, casa, seguridad, protección, etc. etc. fué totalmente necesaria,) me fui dando cuenta que el SI tengo que darlo cada día en las pequeñas o grandes cosas que se me van presentando.
Hoy, después de tantos años!! (que se me pasaron tan rápido!!) le doy gracias a Dios cada día por mi vocación, y le pregunto por qué a mi me regaló esta forma de vida tan plena y gratificante! Donde no falta la cruz, pero también hay mucho de alegría, de satisfacción. Me hace muy feliz sentir que Jesús está siempre conmigo!
En aquel lejano tiempo de “discernimiento” pensaba y me preguntaba: ¿Cómo estaré dentro de 20 años? Arrepentida? Equivocada? Triste o resignada? Hoy que han pasado algunos años más…. doy gracias a Jesús que me dio la Gracia de superar aquellos sentimientos negativos y me animó a lanzarme a esta maravillosa aventura de seguirlo con lo poco que soy y tengo para tan grande misión!!!
Alicia M. Sabbatini. (P.V.M)