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¿TODOS SOMOS LLAMADOS?

 

Nuestra vida está bañada por la vocación...  eso que llevamos impreso desde dentro y que pone su marca en todo lo que hacemos. ¿Cuál es mi vocación? ¿Es lo mismo que la misión? ¿Cómo descubrirlas?

 

Cuando hablamos de vocación, de la llamada, de la misión que tenemos en el mundo, del sentido de nuestras vidas y de lo que hacemos, hay que tener en cuenta que hay muchas más preguntas que respuestas. 

Implica hacer silencio para escuchar la interioridad, para vincularnos con nuestros gustos y deseos más profundos... y tener paciencia; más bien, tenernos paciencia a nosotros mismos. Y también hacerlo con alegría, porque en la vocación radica nuestro camino a la felicidad.

 

Para buscar respuestas necesitamos parar: mirar el pasado, conocer mis características personales y empezar a preguntarnos ¿quién soy yo? ¿qué es lo que quiero en la vida? ¿qué quiero expresar en mi vida?". Porque, la vocación tiene que ver con el despliegue de todo ese ser único y personal que cada uno de nosotros está llamado a ser. 

 

Y la vocación está conectada con la misión... No hay vocación sin misión. La vocación tiene que ver con el despliegue del ser único y personal, y la misión con dejar una huella. No se puede dejar una huella si no desplegamos al máximo mi propio ser.

 

Somos seres dinámicos que evolucionamos y vamos creciendo permanentemente, y la vocación también se va desarrollando con el paso de los años. Va madurando con la misma vida, mientras caminamos en donde van apareciendo diferentes intereses y desarrollamos habilidades nuevas.

 

La vocación es un proceso y se va haciendo en el tiempo... hasta el último momento de la vida me voy conociendo y descubriendo, lo mismo pasa con la vocación. Es como una flor que se va abriendo en el tiempo, y en momentos diferentes de la vida van apareciendo diferentes intereses, se van desarrollando diferentes habilidades que van desplegando su perfume.

 

Si te haces todas estas preguntas, alégrate. Tenemos una sola vida y vale la pena gastarla bien. Dios nunca se deja ganar en generosidad y Él, que te soñó para cosas grandes, te va a acompañar en tu búsqueda y en tu camino. ¡Ánimo! 

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